"
Mientras me relajaba en el suelo, dejando que me chuparan los dedos de los pies y me lamieran las plantas, con un pequeño vestido negro que, por supuesto, tenía la intención de despertar su interés en mi trasero, me recordé de algo más bien kinky:
¡Soy bastante susceptible al tacto! ¡Soy especialmente susceptible en mi trasero... Risueña y esquivando con deleite mientras robaba besos y mordiscos en él durante la adoración de mis pies!
Descubrí que mi trasero susceptible inspiró en él algo más bien travieso, algo de lo que había estado fantaseando durante algún tiempo. Resulta que, como confesó felizmente en el momento, no solo había estado fantaseando con “Masturbarme para siempre con tus pies”<\/em> sino que había sido algo que había “Masturbado imaginando durante más años de los que podía contar!”
No me sorprendió tanto... En mi experiencia, los amantes de los pies son simplemente llenos de sorpresas traviesas, pero no estaba dispuesta a aceptar tales cosas sin obtener un buen trato a cambio de algo travieso también.
Sabía que las plantas de mis pies eran bastante susceptibles, pero no estaba segura de cuán susceptibles, así que (considerando este nuevo y aparentemente creciente enamoramiento de mi hijastro y el hecho de que mi ropa interior estaba literalmente mojada por la adoración de sus pies)<\/strong> Acepté permitirle que me tocara en 3 condiciones:
1<\/strong> - Solo puede atarme los tobillos, no los brazos. Si descubrimos que soy increíblemente susceptible en los pies, quiero tener una oportunidad de escapar de él.
2<\/strong> - Siempre había sido ligeramente curiosa acerca de ser atada y obligada a tener un orgasmo, así que si aceptaba, una vez que hubiera terminado de jugar con mis pies, debía dejar de tocarme, desvestirme hasta quedarme solo con mi ropa interior, atarme con las piernas abiertas y darme un orgasmo que me hiciera arquear los dedos de los pies.
Y 3<\/strong> - Aunque curiosa acerca de ser atada, siempre había sido EXTREMADAMENTE<\/strong><\/span> curiosa e interesada en tener a un hombre atado en mi cama. Algo en mí siempre ha sido débil por jugar con, acariciar y chupar el cócko impotente de un hombre.
Si le permitía que me tocara los pies, durante los próximos encuentros solitarios que pudiéramos robar, él estaría atado y usado DE LA MANERA QUE YO DECIDA<\/strong><\/span>.
Por supuesto, para un hombre en sus últimos veinte, todo esto fue simplemente una victoria, victoria para él, ¿no?
Casi cantó y bailó de acuerdo, y dentro de unos minutos, estaba atada de espaldas en mi pequeño vestido negro en la cama. Me había suplicado que me pusiera los zapatos de nuevo para que “Pudiera quitármelos de nuevo!”<\/em> así que estuve de acuerdo en complacer a mi nuevo y travieso secreto niño sexual!
Continuará...<\/strong><\/em>
Xoxo
-Gwen <\/p>"