"
Mi esclavo en la cama, impotente, indefenso y débil. Lo manipulo lentamente en su mente y controlo cada uno de sus pensamientos, deseos y reacciones. Me desvisto muy lentamente, tentándolo con mi voz, mente y cuerpo. Su excitación despierta ante la visión y el purgatorio mental. Capa por capa me despojo, su apéndice creciendo cada vez más. Lo tento con mi aroma, mi lencería, el pensamiento de mi piel mientras deslizo tan cerca de él sin tocarlo. Su cuerpo es un desastre tembloroso mientras derramo mi saliva sagrada en su boca. Tan excitado por el tiempo que toco su erección, ya está al borde de correrse. Me siento sobre su cara y lo observo mientras su cuerpo lucha, una mezcla de excitación y falta de oxígeno. Aún lo edgo sin levantar un dedo, mi poder sobre él es absoluto. Su cuerpo y mente han sido entrenados para reaccionar a mis órdenes. Saco el temido doxy, incluso el sonido lo hace gotear precum por todas partes, ¿incluso necesitaré tocarlo para hacerlo eyacular? ¿O será demasiado el poder de la persuasión?
"