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Asegurado en Mis aposentos, desnudo y excitado, Mi esclavo piensa que está a punto de soportar una sesión de edging muy sensual. Comienzo por provocar su pene con Mis garras, derramando Mi diva sagrada sobre él, y está temblando y desesperado en segundos. Me veo deliciosa en lencería de encaje morado y medias, Mi mirada angelical poco a poco se desliza en una sonrisa sádica mientras aprieto su pene como un tornillo. Me río de su presunción, él seguramente sabe por ahora que conmigo debes esperar lo inesperado y pronto se hace evidente que esta se convertirá en una sesión de edging cruel y calculada. Los gritos me hacen sonreír, y secar su pene tiene a él chillando sin esfuerzo. Su pene está rojo crudo, su garganta espesa y su cara empapada en Mi saliva, pero él aún no ha alcanzado el clímax y no tengo la intención de dejarlo disfrutar de un alivio en cualquier momento pronto. <\/p>
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