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Han pasado años desde que asumí el control de tu empresa y te adopté como mi propia persona pequeña. Comenzamos por la mañana mientras te doy el desayuno, explicándote que hoy es un día importante para mí y que no debes avergonzarme en las celebraciones con ninguno de tus habituales comportamientos molestos. En fin, ambos sabemos que tu muñeco ayuda con todos esos sentimientos difíciles que surgen. Más tarde, estamos en la oficina entre las celebraciones. Me miras desde abajo, escuchándome hablar sobre cuánto mejor está la empresa desde que asumí el control. Después de todo, ¿cómo podría esperar un patético pequeño ser como tú para dirigir un gran negocio? Todo esto demuestra que los gigantes deberían estar a cargo de todo.<\/p>"