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La miel tiene una cita con un podólogo porque tiene pies excesivamente sudorosos con un olor super repugnante incluso después de que se ducha. El podólogo da la bienvenida a la miel y le permite explicar sus problemas de pies. <\/strong><\/p> La miel esperaba que su podólogo le hiciera un chequeo físico en sus pies, pero él le escribe una receta para una crema para los pies y trata de apresurarla para que salga de la oficina. <\/strong><\/p> La miel no está contenta con la consulta y sintió que la apresuraron para salir de la oficina sin un chequeo adecuado. Ella insiste en que él examine físicamente sus pies sudorosos. Ella purposamente caminó hasta la oficina en lugar de hacer una corta conducción para darle una verdadera idea de su problema. Pero su podólogo no quiere tener nada que ver con sus pies sudorosos. <\/strong><\/p> La miel no se va sin el cuidado adecuado. Ella pone sus pies sobre el escritorio y exige que su podólogo huela sus pies, y él está disgustado por el olor y aterrorizado por el comportamiento agresivo de la miel. <\/strong><\/p> La miel le ordena que huela entre sus dedos de los pies y luego ella lo agarra por su corbata, usándola como palanca, luego le dice que saque la lengua y limpia sus pies sudorosos arriba y abajo por su boca. <\/strong><\/p> La miel finalmente se siente como si estuviera recibiendo un examen adecuado de los pies mientras hace que su podólogo pruebe el sudor de sus pies. Ella quiere que él sepa cuán malo es el olor y lo que ella ha estado lidiando durante semanas.<\/strong><\/p>"