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Mi sumiso de castidad ha estado encerrado durante un mes y es hora de que vacíe sus bolas sin ningún placer, así que lo siento en la mesa de bondage, le encadeno las piernas abiertas y le esposo las muñecas detrás de él. Una vez que está restringido, puedo desbloquear y quitar su jaula de castidad de manera segura, preparándolo para una frustrante extracción. Me pongo guantes de látex y me coloco detrás de la mesa de bondage, alcanzando alrededor para agarrar su pene y tirar de él una y otra vez hasta justo antes de la explosión placentera y detener la ruina de su orgasmo cada vez. Una vez que he terminado, rocío su pene erecto con un aerosol anestésico y uso un cubito de hielo para intentar acelerar el proceso de encogimiento para volver a su tamaño normal, para que pueda volver a su jaula.
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