Vanessa le está siendo infiel a su esposo.
El esposo no lo sabe, pero sospecha de ello. Por eso se encogió para espiarla. Un colega suyo vende pociones de encogimiento ilegales, y tuvo que tomar una. Pero mientras estaba encogido, Vanessa llegó a casa y se sentó encima de él: se hizo tan pequeño, su voz tan suave, que ella ni siquiera sabía que estaba allí...
Pero... ella está al teléfono con alguien. Lleva pantalones cortos de mezclilla y una camiseta. Se sienta en su esposo y comienza a soltar gases. Le dice a la persona al otro lado del teléfono que ella está soltando gases porque bebió un batido de leche antes. Como es intolerante a la lactosa y tiene el síndrome del intestino irritable, se sintió enferma. Describe el olor horrible. Se siente mal por el taburete sobre el que está sentada... No quiere arruinar sus pantalones cortos de mezclilla, así que se los quita y revela una sexy tanga de hilo que lleva puesta, todo mientras continúa soltando gases. El olor a gas recubre todo el rostro y el pequeño cuerpo de su esposo, haciéndolo oler sus intestinos sin que él lo sepa.
Alguien al otro lado del teléfono comenta que debería haber habido otra leche dentro de ella... Vanessa tiene ganas de dos cosas: soltar gases y correrse. Continúa su desorden de gases en su esposo encogido, pero toma el vibrador y tiene sexo telefónico con su amante al mismo tiempo. Qué puto cornudo.
El esposo completamente sofocado por su enorme trasero y su vagina mira, escucha y huele todo. Ella compara el pene de su amante con el de su esposo y él está aún más humillado. Cuando ella ha terminado, ella gime de placer y la cabeza de su esposo está completamente cubierta de su crema.
Filmado con un canon g7x mark iii. Toma de vista en tercera persona. MP4.