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La misma idea de una mujer divina e irresistible como yo reclamándote a ti de tu esposa enciende un fuego dentro de ti. Entiendo las profundidades de tus deseos; sé cuánto disfrutas de la emoción de estos juegos retorcidos. Encuentras una alegría perversa en pagar a las mujeres para que deshonren a tu esposa, en el peligro emocionante de la infidelidad, y los asuntos clandestinos con tu esposa, ninguno de ellos lo sabe, te dan un subidón de placer como nada más.<\/p>
Sin embargo, encuentro tal comportamiento profundamente repugnante. Cuando me encuentro con un fetichista como tú, mi esperanza es que ella descubra la verdad y te deseche. Ella se merece mucho más de lo que le has ofrecido, y profundamente, tú eres consciente de esta verdad flagrante. Sabes muy bien que has fracasado en tu papel como esposo, y mucho menos como ser humano decente. Eres consciente del hecho de que tales acciones merecen consecuencias graves.<\/p>"