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Ya estás acostumbrado a que la profesora te haga quedarte después de clase por tus atrevimientos en el aula. Siempre estás mirándola sus grandes tetas y su trasero abultado. Pero hoy has llevado la situación al límite. Intentaste mirarle bajo la falda mientras se agachaba para dibujar círculos. Por eso te ha citado en el primer recreo en un baño de profesores, en el extremo del edificio escolar. Estás a su merced. Ella te mira, al estudiante de toda la vida que repite clases, cruelmente y te exige que, para controlar tus impulsos, te masturbes en un vaso de 400 ml de café en cada recreo de hoy para ella. ¿Lograrás llenar el vaso completamente con tus ofrendas de semen? ¿Y qué pasa si no lo logras? ¿Qué hará la profesora con el estudiante travieso en la próxima sesión de tutoría?
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