"
La reina Latina y su Alpha disfrutaban de su intimidad, mientras que el maricón cornudo se sentaba en la esquina, observándolos con una mezcla de excitación y humillación. Él era impotente para unirse a ellos, relegado al papel de un simple espectador mientras su reina encontraba placer en los brazos de otro. Con cada tierno cariño y dulce caricia intercambiados entre la reina Latina y su Alpha, el cornudo sentía un punzante celo mezclado con deseo. Él anhelaba ser el que recibiera su afecto, pero sabía que su lugar estaba en las gradas, sirviendo como testigo de su pasión. Para empeorar su tormento, la reina Latina giraba su mirada hacia él de vez en cuando, una sonrisa maliciosa jugando en sus labios mientras lo provocaba con su mirada. Ella lo burlaba con palabras crueles, recordándole su inferioridad en comparación con su Alpha. Pero a pesar de la humillación, el cornudo permanecía fascinado, incapaz de apartar sus ojos de la escena cautivadora que se desarrollaba ante él. Él sabía que este era su destino: estar eternamente cautivado por la vista de su reina en los brazos de otro, mientras él permanecía nada más que un espectador humilde en su juego de amor y lujuria.<\/p>"