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Para vengarse de su derrota anterior contra Michela, Renato decide recurrir a sus propias habilidades en artes marciales y la invita a una revancha al estilo de un combate de entrenamiento. Michela no se intimida; se pone su gi a pesar de que el color de su cinturón indica un rango más bajo. Al principio, Renato parece tener la ventaja, pero Michela es lo suficientemente inteligente como para desviar la batalla hacia un terreno en el que se siente más familiar. Derribado por su rival arrogante, ella convierte la batalla en lucha en el suelo. Burlándose de su primer desempeño, Renato pica; parece haber olvidado las lecciones de su encuentro anterior y también su propia estipulación de que el perdedor debe estar sujeto a una humillante penalización.<\/p>"