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Nana sigue pareciendo que le falta disciplina. Para ser obediente con el maestro, esta vez se le ordena que le haga una mamada usando un gancho nasal. Cuando se le pone un gancho nasal en su linda cara, se convierte en una nariz de cerdo ridículamente fea. Como la pena no fue suficiente, el hombre le ordena que chupe la gran polla de su maestro profundamente en su boca y ella comenzó a retorcerse en agonía mientras salivaba por el dolor. Todavía no puede detenerse y se le hace acostarse boca arriba y la polla se empuja más profundamente en su garganta. Juego super humillante y vergonzoso con sus fosas nasales abultadas y su cara cubierta de lágrimas llenas de barro. !<\/p>"