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A través del ruido suave de la calle de la mañana, en la habitación apartada de la mansión, solo se escucha el zumbido del aspirador en funcionamiento. La atractiva doncella se desliza fácilmente sobre el suelo de parquet, con las manos seguras que controlan los palancas de la poderosa máquina. Su cabello se agita ligeramente con cada movimiento, añadiendo un toque de picardía y encanto irresistible a su figura.
Llega a la cómoda antigua, llena de diversos adornos y ropa. Bragas, calcetines, medias — todo comienza a desaparecer lentamente en el hocico ruidoso del aspirador. Cada artículo parece resistirse momentáneamente antes de ser irremediablemente engullido.
Después de terminar de limpiar, la doncella se detiene de repente, con un destello de maldad en sus ojos. Inspirada por la limpieza y el orden que ha logrado crear, decide agregar algo de diversión a su jornada laboral. Riendo, maniobra juguetonamente el aspirador alrededor de sí misma como si estuviera bailando un vals con un compañero invisible.
Pero el juego toma un giro inesperado cuando, en medio del torbellino del baile, las medias mojadas y las bragas de la doncella terminan aspiradas accidentalmente por el aspirador. Ella se detiene por un momento en sorpresa, luego ríe a carcajadas. Este día será recordado durante mucho tiempo — como un día de ligereza, libertad y eventos impredecibles dentro de las paredes de la antigua mansión.
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