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En sesiones anteriores, probé cuánto le molestaban las caricias en la parte superior del cuerpo de Traviesa. En este video, tuve el privilegio de acariciar sus pies y no decepcionó. Até sus piernas para tener un mejor control sobre ellas. Comencé acariciando suavemente sus pies con mis dedos y ella comenzó a reírse de inmediato. Tomé un par de cepillos de dientes y, al igual que con su parte superior del cuerpo, hicieron su trabajo. Le di un pequeño descanso y le masajeé los pies con aceite para bebés, pero poco después saqué un par de masajeadores para el cuero cabelludo para acariciarlos y el extremo puntiagudo la hizo gritar y reír a carcajadas, gritando su palabra segura<\/p>"