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Después de que Patrick me ayudó a hacer cosquillas a Kevin hasta la locura en la mesa de cosquillas, era hora de que Kevin se vengara. Lo atamos de pies y manos en la cama y le pusimos cinta adhesiva en la boca, atrapándolo por completo a nuestra merced antes de quitarle los zapatos y los calcetines muy sudados, dejando al descubierto sus pies descalzos de tamaño 13. Patrick comenzó a gemir y a retorcerse de risa en el momento en que pusimos nuestros dedos en sus plantas, y comenzó a sudar cuando Kevin usó el cepillo de dientes eléctrico para explorar astutamente entre sus dedos sensibles. ¡Pobrecito Patrick estaba a punto de llorar casi todo el tiempo mientras Kevin se vengaba sin piedad, haciéndole cosquillas por todo sus pies masculinos! <\/p>"