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Mi sirviente me contó cuánto odia que las mujeres fumen. no le gusta el hábito en absoluto, pero sabe que a mí me gusta fumar cuando estoy vestida de cuero y piel, relajándome en mi trono. Quiero verlo sacrificando todo lo que cree por mí. Haré que me vea fumar mientras visto la piel que tanto le gusta; cuando me visto así, puedo hacer lo que quiera con él. Pero no me detendré en hacer que me vea; hará mucho más. Voy a hacer que pruebe mi saliva con sabor a cigarrillo y respire mi humo. Luego, el sacrificio definitivo para él; haré que sea mi cenicero humano. él debe consumir mis cenizas, sin importar cuán difícil sea para él. Cuando termine, su lengua debe apagar el pitillo, y lo mantendrá en su boca durante todo el día, dondequiera que vaya. Quiero que todos vean que es mi cenicero humano.<\/span><\/p>"