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Un tráfico inesperado y una capacidad de vejiga sobreestimada llevan a Luna a darse cuenta de que lo que debería haber sido un viaje rápido y fácil en Uber se complica, ya que empieza a darse cuenta de que quizás no llegue a su destino. Avergonzada de admitir que necesita orinar, intenta convencer a su conductor para que se detenga por agua, pero están en la autopista y la parada más cercana está a 10 minutos. Las cosas empiezan a ponerse frenéticas a medida que Luna orina cada vez más en sus jeans. No hay lugar para detenerse, no hay manera de que ella le diga a su conductor que no puede contener su orina, y no hay posibilidad de que llegue a la gasolinera sin tener un gran accidente que arruine el asiento trasero de su conductor.<\/p>"