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Estoy a punto de colarme a la casa de mi novio cuando mi hermanastra, que siempre ha tenido un poco de ‘interés especial’ en mí, decide que finalmente quiere ver de qué se ha estado perdiendo. Ella cierra la puerta del baño y la única forma en que la va a desbloquear es si me desnudo frente a ella. La tensión aumenta a medida que me vuelvo cada vez más desesperada, con mi hermanastra decidida a que no desbloqueará la puerta hasta que juegue el juego y la ayude … a terminar. Una batalla intensa entre la vejiga y el orgullo llega a un final humillante cuando ya no puedo contenerlo más y desesperadamente me orino en el suelo; desnuda, mientras mi hermanastra me mira, complaciéndose con la vista.<\/p>"